Historia de la mano de Berliet
Un fabricante de récords
Hace un mes Renault Trucks rindió homenaje al fabricante Marius Berliet celebrando el centenario de sus instalaciones en Lyon pero la historia de este constructor va mucho más allá de una planta todavía en funcionamiento. Con la llegada del siglo XX creó su primer camión, el Berliet Type M, ante las exigencias de un mundo en guerra construyó una ciudad industrial en 1917 e ideó el camión más grande de la historia en 1957. Empezamos este 2017 hablando sobre un hombre que cambió la historia a base de metal, mucho carburante y genuinas dosis de ingenio. Historia de la mano de Berliet
El siglo XIX transportado por locomotoras de ferrocarril acababa y nuevas propuestas surgieron en la calle: máquinas sobre ruedas más pequeñas y que no requerían de una compleja infraestructura de vías por las que circular. Berliet, fabricante de locomotoras, pronto se dio por aludido y se puso manos a la obra para sacar su primer camión propulsado por un motor a vapor, el Berliet Type M. Historia de la mano de Berliet
Corría el año 1910 y su motor 4,5 litros de sólo 22 caballos era capaz de transportar 3.500 kilogramos mediante propulsión trasera a sus ruedas de madera recubiertas de goma maciza. Tenía incluso una caja de cambios. Este pionero cayó pronto en el olvido tras fabricarse entre el 1909 y el 1913, inmerso en la vorágine de la evolución del sector automovilístico. Hasta que se recuperó una unidad intacta en Bastia (Italia) en los ochenta. Ahora, una vez restaurada, descansa en paz una parte de la historia de Francia y como reconocimiento el estado lo declaró Monumento Histórico (primera mención para un camión).
Al Type M le siguieron otras generaciones y denominaciones como el CBA (1913), que se fabricó hasta 1932, o el exitoso camión ligero GLA, de medidas más contenidas y que presentó, por primera vez, el freno con sistema hidráulico.
SU PROPIA CIUDAD
Por ese entonces Marius Berliet ya contaba con la enorme sede a las afueras de Lyon, conocida como la Ciudad Berliet. Con el inicio de la I Guerra Mundial el fabricante se lanzó a la consecución de modelos y más modelos para el ejército francés. La altísima demanda le obligó a construir una fábrica en Vénissieux, diseñada en tiempo récord para empezar la producción inmediatamente.
Antes de dar por acabada la Gran Guerra las instalaciones ya acogían viviendas, colegios y guardarías y a la victoria de los Aliados se trataba de un complejo de 387 hectáreas. Tal y como comentamos en la noticia cien años después Renault Trucks rindió homenaje al pensador e ideólogo de las instalaciones de Lyon, que siguen albergando la sede de la firma y es clave para el grupo Volvo.
EL MÁS GRANDE
No conformes con tener su propia ciudad industrial los Berliet se lanzaron a otra gesta, la construcción del camión más grande de la historia. Tal y como contamos en este artículo, la idea surgió de la mente aventurera de Paul Berliet, un amante del Shara y los todoterrenos. Todavía en la década de los 50 Francia explotaba yacimientos petrolíferos en regiones de difícil acceso como Marruecos, Argelia y Tchad, así que era necesario un vehículo capaz de transportar grandes cantidades de material. ¿La solución? Un animal denominado Berliet T 100 nº1, presentado durante el Salón del Automóvil de París de 1957.
Se fabricó en 9 meses, equipaba un motor Cummins VT 12 (12 cilindros biturbo) de 30 litros, 600 caballos y pesaba 103 toneladas. Pese al su peso descomunal tenía tracción en los tres ejes (6×6) y calzaba unos gigantescos Michelin 37,5×33 XR con 2,2 metros de diámetro que le permitían flotar por el desierto africano. Los conductores no se quedaban tirados gracias a sus dos depósitos de 950 litros, cada uno, pero el consumo ascendía a los 240 litros de gasóleo a los 100 por pistas de arena. Historia de la mano de Berliet
El Berliet T 100 nº1 no fue el único coloso de la marca y le siguieron otras 3 unidades con algunas diferencias. El número 2 salió en 1958 y también cumplió con funciones de carga para la industria petrolífera. Recalcar que es el único T100 que se conserva en la exposición de la Fundación Berliet en Lyon desde su donación en 1981. El Berliet T 100 nº 3 contó con algunas mejoras en el motor, ya con 700 CV, y equipaba un volquete para trabajar en las minas de uranio de Bessines en Francia. El cuarto, y último, se ideó para el mercado estadounidense y fue bautizado como Tulsa. Este supercamión montaba una cabina para 5 pasajeros, pesaba 99 toneladas y transportaba hasta 120 gracias a su motor actualizado de 700 CV pero no consiguió atraer al público norte americano. Volvió a Europa donde tras pasar por algunos salones sirvió para experimentar con un turborreactor Turbomeca de 1000 CV sin conseguir nada producible.
ESPAÑA TAMBIÉN
Berliet también ha dejado marca en España y es que la llegada de Renault Trucks, con cabinas de origen Berliet, a nuestro país a principio de los ochenta de la mano de Barreiros (su historia). El último camión de la firma española sería el Turbo 320 y contaba ya con el rombo de Renault en su morro. Poco a poco los componentes españoles irían desapareciendo de una gama más internacionalizada y centrada en cumplir el mandato del grupo Renault Trucks.