Ponferrada celebra San Cristóbal

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La cita además se convirtió en homenaje al recientemente fallecido Rogelio Cerezales

Un año más la celebración de San Cristóbal, patrono de los conductores, ha llenado la geografía de multitud de animadas caravanas de vehículos engalanados en busca de la bendición correspondiente. En este caso acudimos a la cita en la capital del Bierzo leonés. donde además del recuerdo a los compañeros desaparecidos en esta ocasión la cita festiva se transformaba también en un sentido homenaje al recientemente desaparecido Rogelio Cerezales y a sus familiares, de quien fuera uno de los principales animadores de la pasión por los vehículos clásicos en la zona. 

 

Aunque en parte apenados por el recuerdo de un gran amigo, los organizadores del encuentro, Amigos de los vehículos clásicos del Bierzo, no dejaron de celebrar la fiesta del patrono de todos los conductores con una animada jornada que visitó algunos de los bellos parajes de esta tierra que a tantos aficionados a los vehículos históricos de todo tipo cobija. Además se contó con un buen número de amigos que vinieron desde otros lares, como Galicia, Asturias, resto de Castilla y León así como algunos viajeros que vinieron desde mayores distancias. 

 

 

 

 

Aunque no se tratase de una reunión de camiones clásicos en exclusiva si que pudimos admirar una gran representación de los vehículos que se movían por las carreteras españolas a lo largo de los años 60, 70 y 80 del pasado siglo. Como buena prueba de ello en las imágenes destacan modelos como el furgón capitoné Avia o el Renault DR 340 que unía a la cabina de procedencia gala, una de las más cómodas en su momento, las sólidas mecánicas de origen Barreiros. No tan antiguo, pero también lo podemos clasificar en la sección de «rarezas» un magnífico IPV 4X4 de extinción de incendios tampoco faltaba en esta concentración. 

 

 

 

 

Uno de los grandes atractivos de las concentraciones es la enorme variedad de vehículos que podemos admirar. En este caso vemos camiones tan emblemáticos del transporte americano como es el Peterbilt de Carbones Josepín, con Marcial al volante, junto a un vehículo comercial tan dispar respecto a la tractora norteamericana como es la furgoneta Renault 4L y que sin embargo marcase una época en el transporte ligero de nuestro país. El modelo francés de la marca del rombo tuvo como principal rival a otro galo emblemático, los Citroën 2CV furgoneta, aunque en ambos casos se tratase de modelos de fabricación española: los del rombo en Valladolid y los de los chevrones en Vigo.

Como uno de los vehículos más veteranos de la concentración en esta ocasión pudimos admirar el Fiat «balilla» de Celso, de Volquetes Ponferrada, todo un coleccionista de clásicos que tampoco faltó a esta fiesta.

 

 

 

 

 

Aunque la economía española de los años 50, 60 y 70 estuvo dominada por el proteccionismo, lo cual hizo bastante caro y complicado la importación de vehículos de procedencia extranjera, lo cierto es que las carreteras no fueron coto exclusivo Pegasos y Barreiros como puede parecer en ocasiones. Si bien entre ambos fabricantes controlaban prácticamente el 80 por ciento de las matriculaciones de camiones pesados, lo cierto es que siempre hubo un pequeño número de transportistas privilegiados que pudieron acceder a los mucho más costosos vehículos de importación, que además requerían un permiso para adquirir divisas extranjeras. Buen ejemplo de ello es el espectacular Mercedes de morro que participó en esta cita llegado desde Asturias. 

 

 

Sin embargo justo es reconocer que sin los Pegaso de la estatal ENASA y los Barreiros de la marca puesta en pie por el genial emprendedor gallego la economía española de los años 60 y 70 se hubiese paralizado por imposibilidad práctica de realizar obras y los portes propios del comercio. Dos de los modelos emblemáticos del momento fueron los Comet de Pegaso y Saeta de Barreiros. Camiones «normales· como en la época se denominaba a un dos ejes, que permitían circular sin problemas por las rutas reviradas del momento, a menudo con muchos más kilos encima de los que sus fabricantes habían previsto que soportaran y que encima debían realizar las descargas casi siempre en los centros de ciudades con callejuelas muy poco acesibles para vehículos de gran tonelaje. 

En este caso la convocatoria estaba abierta a todo aquel que quisiera recibir la bendición para su vehículo, así que junto a camiones y turismos clásicos también pudimos ver un buen número de camiones con los que los transportistas de la zona se ganan el pan a diario. En definitiva una buena representación de compañeros del volante, que aprovecharon la jornada para dar un homenaje tanto a ellos mismos como a sus familias y colegas de oficio. Sirva este artículo de homenaje no sólo a nuestros amigos del Bierzo sinó a tantos otros que a lo largo de toda la geografía del país se han reunido con idéntico fin.