Lecciones de vida al pie de la A2 (21 – 02 – 2017)

    734

    Hola amigos, hoy me siento un poco cebollético, es decir que os voy a contar una vieja historia muy relacionada con un camión como el de la imagen que me sucedió personalmente hace unos 35 años, siendo un crío de esos que en vacaciones son los más felices del mundo viajando con su padre en el camión. El autor, Joan Garriga, quien esto os escribe, lo recordó precísamente en una de esas charlas entre colegas a través de las redes sociales, cuando alguién compartió la foto de un camión Pegaso con frigo y placa TIR que era exactamente como el vehículo que 35 años atrás provocó la historia que os voy a contar a continuación. El camión era del mismo modelo con el que ilustraremos este artículo. Una tractora Pegaso 2181 por aquel entonces recién salida de la cadena de montaje.

    Pegaso 2181 como el que protagonizó nuestra anécdota.

    Sucedió que paramos a comer, a lo largo de la A2 cuando todavía no era A, de autovía,  en todo su recorrido entre BCN y Madrid. En un restaurante que todavía está en pie, pero cerrado, en la zona que limita con la provincia de Soria y Zaragoza, hay una pequeña Cepsa allí cerquita. Paramos justo a la vez, con nuestro Ebro Serie P, Justo detrás y a la vez que un Pegaso de una conocida flota madrileña dedicada al frigo en ruta TIR pintado con sus características líneas de color que en aquel momento era un maquinón impresionante. El lugar estaba tan lleno que nos tocó compartir mesa con el chófer malcarado y con pinta de agobio del Pegaso en cuestión… Nos sentaron a los tres en una mesa junto a la ventana y se veían el Pegaso apacado junto al Ebro. Yo iba muy feliz mirando camiones y viendo modelos, como correspondía a un crío de unos 11 años viviendo una aventura camionera de verano, empezamos a comer… Al poco el chófer del Pegaso no puede más y le empieza en plan casi bronca a mi padre: Que si como te atreves a llevar a un niño en el camión, que si esta vida es una mierda, que si no hay derecho a que le hagas eso, nadie tendría que vivir así como nosotros…

    A mi, aquello me extrañó y mi padre más o menos le contestó que cada uno ve la película como la siente y que si no te gusta la carretera…¿Pues que haces aquí? Dicho aquello, hasta el postre. Café, copa y puro para los mayores, sin que nadie hablase más. Luego salimos y en el camión siguiendo hacia Madrid mi padre me dijo algo que a mi, un crío de algo más de once años me sorprendió. Me dijo que no todo el mundo trabaja en lo que le gusta y que si no lo haces podías acabar como aquel tipo. Aquel tipo conducía uno de esos Pegaso con placa TIR de la empresa de esa foto que hace pocas semanas un colega compartía en Facebook y no los he olvidado jamás,ni a él malcarado en la mesa, con la camisa a medio abotonar, frente al plato de sopa ni a su fantástico Pegaso con placas TIR. Nosotros ilustramos este artículo con otra foto de nuestro archivo, correspondiente a un camión del mismo modelo y época. Un saludo y perdonad por la paliza, pero al ver aquella  foto me volví a sentir allí comiendo y descubriendo con inocente sorpresa que no todo el mundo termina dedicándose a lo que le gusta… Menuda sorpresa ¿verdad?