La compañía apuesta por la digitalización, la tecnología y los nuevos métodos de movilidad para hacer frente a estos retos.
Transaher hace frente a los retos. Transaher, compañía de servicios logísticos y de transporte, apuesta por la digitalización y la tecnología como solución a los retos a los que se enfrenta un sector en pleno proceso de cambio y lleno de incertidumbres sobre el impacto de la creciente demanda de comercio electrónico, de una movilidad más eficiente que contribuya a la reducción de emisiones y capaz de responder a las crecientes necesidades de los clientes sin perder su ADN de flexibilidad.
Las empresas logísticas deben intentar permanecer en una constante búsqueda de aquellas ventajas competitivas que impulsen la eficiencia. Factores como la capacidad innovadora, el incremento de la productividad, la digitalización y una actividad sostenible que reduzca la huella de carbono son cuestiones ya insoslayables para afrontar el desarrollo del sector.
En esta coyuntura, las empresas de logística tienen, además, la presión adicional de ser sostenibles desde tres puntos de vista: financiero, sociolaboral y medioambiental. Sectores estratégicos como el de la automoción, electrónica de consumo o textil, demandan todos estos aspectos. Y las exigencias son cada vez mayores: flexibilidad, puntualidad y precio son los tres pilares sobre los que construir un servicio de calidad.
Transaher, como indica su lema Smart Logistics, vuelca sus esfuerzos en ofrecer servicios personalizados y una gran capacidad de adaptación a los requerimientos de sus clientes. Transaher está en continua mejora invirtiendo en nuevas tecnologías y digitalización, lo que le permite ofrecer soluciones de valor añadido a los clientes.
La compañía también lleva a cabo una transformación en nuevos sistemas de movilidad como el megacamión dúo tráiler y soluciones de última milla, como entregas nocturnas, same-day o vehículos eléctricos.
Las ventajas de esta apuesta son enormes. La automatización aumenta la eficiencia, reduce la dependencia de un mercado laboral cada vez más rígido, permite optimizar el espacio en los almacenes, aspecto crucial dado el elevado precio del suelo, y contribuye a regular los flujos de actividad, redistribuyendo turnos durante picos o valles de actividad.