Kenworth W900 uno de los grandes mitos Símbolo perdurable de los camiones americanos de morro, el Kenworth W900 ofrece una sintonía perfecta entre potencia, lujo y artesanía.
Cerca del siglo de historia
Kenworth es uno de los nombres míticos del transporte. No importa el país, ni el tipo de rutas recorridas… Si eres un camionero auténtico, de esos que aman su oficio, probablemente el camión de tus sueños sea un Kenworth. El W900 es el clásico entre los clásicos, como su esbelto, hermoso y antiaerodinámico radiador delata desde lejos. Todo un imán para los «truckers».
Kenworth nacía en 1923, cuando los dos principales accionistas de un pequeño fabricante de camiones en la costa oeste de los EEUU decidían transformar la Gersix en su propia marca de camiones. Aquellos dos accionistas eran K.W. Kent y E.K. Worthington, así que de la unión de ambos apellidos nacía lo que se iba a convertir en un apellido de la auténtica nobleza trailera, Kenworth, mientras que el logo de la nueva empresa fabricante de vehículos pesados pasaría a ser simplemente las iniciales de ambos apellidos.
Traslado a Seattle
En 1927 la nueva compañía se trasladaba a sus instalaciones en las proximidades de Seattle, donde todavía hoy cuenta con una de sus factorías, mientras su nueva gama de camiones empezaba a labrarse una estupenda fama con vehículos fiables y sólidos. De hecho, en la década de los 30 del pasado siglo, Kenworth fue el primer fabricante norteamericano en ofrecer motores diésel, utilizando los productos del especialista Cummins. Hacia 1933 Kenworth ya ofrecía tractoras para la configuración de semirremolque, hoy en día absolutamente dominadora en el transporte pesado de mercancías por carretera.
La Segunda Guerra Mundial y el consiguiente esfuerzo industrial que llevaría a salir victorioso de ella -a los Estados Unidos de Norteamérica-, marcaría el futuro de Kenworth: la marca pasaba a ser controlada por el grupo industrial PACCAR, el mismo que en la actualidad -junto a Kenworth- es propietario del otro gran mito de las carreteras americanas, Peterbilt. Además, pertenece al mismo grupo que DAF, fabricante europeo de vehículos de transporte con origen en los Países Bajos.
Peterbilt, Kenworth y DAF
De hecho, durante la Segunda Guerra Mundial Kenworth fabricó en Seattle desde el camión M1 de tres ejes y tracción 6X6 hasta componentes para los aviones de bombardeo B-17 y B-29. Algo que puede parecer muy loco de primeras, pero no es tan extraña esta existencia de unos Kenworth «voladores». No hay más que ver como los B-17 y B-29, respectivamente los Fortaleza Volante y Superfortaleza Volante, eran modelos de la Boeing, la otra gran industria con sede en Seattle, donde todavía hoy la zona industrial de Renton está compartida entre la actividad de las Fábricas Boeing y Kenworth.
Del Conventional al W900
El Kenworth W900 nacía en 1960, aunque su línea en cuanto a diseño externo, configuración 6×4 y oferta de motores apenas si variaba respecto al modelo Conventional de los años 40, también apodado «long nose» por los truckers.
La nueva denominación, W900, servía para distinguir los modelos Conventional, es decir con el diseño de cuya cabina situaba el motor delante del puesto de conducción en el morro. Así un modelo con la W, en honor a Mr. Worthington, era un camión de morro, mientras que la serie K 100, que nacía también en 1960 y podía equipar los mismos motores y transmisiones que el W900, recibía su denominación en honor al otro fundador de la marca, Mr. Kent y se refiera a los Cab Over Engine, COE o simplemente «chatos».
El nacimiento de un mito
El Kenworth W900 se convirtió en uno de los grandes mitos del transporte mundial en parte gracias a sus propias bondades y en parte gracias a que llegó en el momento ideal para ello. Esto es así gracias a que, tras la Segunda Guerra Mundial, los EEUU experimentaron una época de gran desarrollo económico, lo cual siempre conlleva un crecimiento en las necesidades de transporte. Y el W900 estaba allí en el lugar y en el momento justo. Gracias a la fiabilidad de los motores que podía equipar y a un diseño simple de su cabina, se facilitaba el acceso del motor simplemente levantando su gran capó. Era el camión idóneo. Además, si se utilizaba en el transporte de largo recorrido -fuese en el Coast to Coast o bien cargando pescado en Alaska para llevarlo hasta los Mercados de Los Ángeles o New York- el Ken W900 podía encargarse en una versión de chasis alargado para equipar un amplio sleeper que permitiera dormir a bordo del propio camión sin estrecheces. Los W900 empezaron a recorrer aquel inmenso país que son los EEUU y con ellos nacía el mito de Kenworth, que poco a poco sería conocido por los transportistas del mundo entero.
Símbolo perdurable de los camiones americanos de morro, el Kenworth W 900 ofrece una sintonía perfecta entre potencia, lujo y artesanía. Su imponente frontal, repleto de elementos decorativos en aluminio, le confiere una imagen de camión lujoso. Pero el lujo no es su único atributo, su enorme cabina se ha desarrollado para ofrecer al chófer unos excelentes niveles de habitabilidad y confort en su interior.
Para este camión, Kenworth –al igual que Peterbilt- utiliza un motor desarrollado por DAF, el PACCAR MX -13 de 12,9 litros de cilindrada que rinde 500 CV con un par de 1.850 Nm. Este motor utiliza el sistema SCR (Reducción catalítica selectiva) en combinación con EGR (Recirculación de gases de escape) para cumplir con los niveles de emisión de la EPA 2010. Este propulsor ofrece grandes prestaciones y unos ajustados consumos gracias en gran parte, a su sistema de inyección common rail.
La evolución del W900
Pocos modelos en el mundo cambiante y sometido a la máxima competitividad como es el del transporte pueden presumir de llevar más de medio siglo en el mercado. El Kenworth W900 lo ha logrado y el cambio más evidente en su aspecto externo simplemente ha consistido en cambiar los faros circulares por otros rectangulares. Sin embargo, en el interior este sólido y eficaz camión no ha dejado de evolucionar con los tiempos. Esto es así gracias a la típica forma de trabajo de los fabricantes estadounidenses, que son más ensambladores de vehículos que no fabricantes.
Así Kenworth mantiene en oferta la posibilidad de equipar motores de prácticamente todos los motoristas de los EEUU. De este modo, podemos encontrar unidades del W900 equipados con motores Caterpillar, Cummins y Detroit Diésel, además de los propios desarrollados dentro de Paccar, cuyo origen procede de su centro de desarrollo de motores en Eindhoven, Holanda, donde nacían los MX 11 y MX 13 en principio para equipar a los camiones DAF, pero que ahora también están disponibles en los Peterbilt y Kenworth. Esta gran variedad de motoristas, junto a la longevidad del modelo en el mercado, hace que podamos encontrar un W900 con un motor de sólo 180 CV de potencia máxima, la oferta básica disponible en 1960, hasta los 625 CV que marcan el techo disponible en 2015.
El dominio del diésel
La inmensa mayoría de W900 que circulan a lo largo y ancho del mundo equipa motores diésel, aunque Kenworth no ha dudado a lo largo de su historia en ensayar otras posibilidades. Algunas tan peregrinas como las turbinas, tipo jet de aviación, alimentadas por queroseno con las que la marca experimentó en los años 60. Aquello quedará para la historia de la automoción como un experimento curioso. La turbina mostró sus virtudes: un motor ligero de enorme potencia. Sin embargo, también demostró claramente sus defectos para equipar a un vehículo terrestre y un gran consumo, por no hablar de sus emisiones sonoras y gaseosas, a la vez que un comportamiento problemático a media carga de trabajo.
Otras motorizaciones alternativas resultaron ser más exitosas, como el caso de los motores alimentados a gas natural, que cada día se usan más en ciertos usos para aprovechar sus menores niveles contaminantes.
Kenmex: Cruzando la frontera
La planta de Mexicali fue una de las primeras que la marca establecía fuera de sus fronteras originales, cuando se ponía en marcha la actividad de Kenworth Mexicana –Kenmex– en 1959. La intención principalmente era abastecer el mercado mexicano de transporte con un único modelo de tractocamión. Y se elegía nada más y nada menos que lo mejor disponible, es decir el W900 que se estrenaba en 1960. Las primeras exportaciones se dirigieron a Perú, aunque ya en 1978 se amplió el radio de acción de la factoría situada en territorio mexicano para servir también los camiones destinados a mercados como los de EEUU, Perú, Colombia, Nicaragua, Honduras, Australia e Israel.
Quedaba claro que la factoría de México se enfrentaba a algunos de los territorios más duros para la actividad del transporte. De hecho, en comparación a un W 900 salido de Seattle, los W 900 de la Kenmex suelen presentar una estructura más reforzada. No en vano, sus chasis cargan hasta el doble de peso que los de sus vecinos en los EEUU y jalan dos semirremolques a menudo, lo que en México se ha dado en llamar fulltrailer. La trayectoria de Kenmex caminó tan ligada a la de su modelo W 900 que éste constituyó su único modelo disponible hasta la llegada del T 800, con el capó inclinado más aerodinámico, en 1988.
El rey de la «Class 8»
El Kenworth W 900 y alguno de sus derivados más similares, no sólo ha reinado en las rutas de Norte América, incluido México y sus Kenmex fabricados en la planta de Mexicali, Baja California. También ha sido capaz de manejar los pesados Road Trains de Australia gracias a su capó mayor donde puede alejar los filtros, radiadores y ventiladores sobredimensionados necesarios para trabajar en el desierto australiano sometido a temperaturas extremas.
Sin embargo el W 900 por excelencia es el rey de la «Class 8» de los EEUU, el tractocamión pesado en configuración 6X4 o 6X2 para arrastrar un semirremolque equipado con un gran sleeper para realizar rutas de largo recorrido. El aspecto colosal de su gran capó con el radiador cromado, le ha granjeado el aprecio de los truckers, camioneros autónomos o bien hombre-camión, que conducen su propio vehículo y prácticamente viven en él. Ellos prefieren sacrificar un perfil más aerodinámico a cambio de disfrutar de un camión tan clásico y llamativo como es el Kenworth W 900. Un camión legendario, un auténtico icono de la carretera que sigue en plena vigencia 55 años después de llegar al mercado por primera vez. Para muchos el rey indiscutible de la ruta.
Ficha técnica Kenworth W900
- Motor: Paccar MX 13, seis cilindros en línea de 12,9 litros de cilindrada con sistema de inyección common rail y uso combinado de los sistema SCR y EGR. Desarrolla 500 CV y 2.500 Nm. En todos los casos el par máximo disponible o un valor muy cercano al máximo se encuentra desde las 1.000 hasta las 1.850 rpm.
- Cabina: El Kenworth W 900 ofrece dos tipos de cabina, la 72 «AeroCab AERODYNE Diamond VIT y la más amplía denominada 86» Estudio AeroCab Diamond.
- Chasis: La configuración más popular es la de cabeza tractora con chasis de tres ejes y tracción tipo 6×4 o bien 6×2, aunque existe en otras versiones de dos, tres y cuatro ejes, también como rígido.
- Pesos: En tractora tres ejes con semi de dos ejes en transporte convencional 80.000 libras de peso total vehicular, como transporte especial puede superar las 120 toneladas.
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