Concentración de camiones Montehermoso 2011
Temperatura camionera a tope
La localidad cacereña de Montehermoso en Extremadura no sólo destaca por su caluroso clima sinó también por contar con un grupo local de transportistas que destaca por la pasión con que vive su oficio y la capacidad de celebrarlo y darlo a conocer a los compañeros de la ruta de la que hacen gala. Por Joan Garriga y Arantxa Fuertes
En su segunda convocatoria anual la concentración de camiones de Montehermoso se confirma como una buena fiesta dedicada al transporte, abierta a todo tipo de camiones, desde los convencionales que trabajan a diario hasta fabulosos Peterbilt o Kenworth convertidos en estupendas máquinas de exhibición o viejas glorias del
transporte que nos permiten recordar como fueron nuestras rutas varias décadas atrás. En esta ocasión el programa festivo además se completaba mediante la celebración de una prueba de habilidad al volante, patrocinada por la concesión extremeña de DAF Dyscasa, que serviría para convertir la habitual rivalidad entre colegas de oficio en distracción y diversión para el público congregado.
Clásicos al poder
Desafiamos las altas temperaturas, propias de tierras extremeñas en el mes de Julio, para pasear por el terreno del área de servicio Las Minas de Montehermoso, donde lo primero que nos llama la atención es un reducido pero interesantísimo grupo de veteranos del transporte. Algunos de ellos son viejos conocidos de las concentraciones nacionales de clásicos, como es el caso de un par de ligeros y rarísimos Opel Blitz y Bedford. A su lado podemos admirar un resumen de la historia de los 50 años de Pegaso, dos Comet en perfecto estado de revista acompañan a un pesado Europa. El Comet fue el Pegaso más popular, auténtico peón de brega de lo que hoy llamamos transporte ligero y que en los 60 y 70 era un camión tipo normal, es decir un dos ejes capaz de entrar en los estrechos almacenes de la época y transitar por las estrechas y reviradas carreteras de la época.
Vídeo desfile concentración Montehermoso 2011
El Comet más común fue un 13 toneladas, muchos de ellos montaban motores de 125 CV, gracias a un motor creado a partir de patentes Leyland con 6,55 litros de cilindrada. Existió un modelo más ligero con 90 CV y 10 toneladas de peso total, mientras que con el tiempo la gama crecería con los Super Comet, de 16 toneladas e incluso algunas transformaciones a 20 toneladas, cuyos motores recibieron turbo y alcanzaron los 160 CV.
Supervitaminado
Eso nos parece el conocido como Pegaso Europa, un Comet al que hayan dado vitaminas, su nombre comercial según Enasa era 1065L, en el caso de la versión aquí expuesta. En este caso se trata de un camión carrozado con jaula ganadera y pertenece al transportista de ganado Miguel Ángel Jaén de Piedrahita, Ávila.
Este camión recibió un diseño de cabina basada en la de los Comet, pero adaptado a las necesidades de un auténtico gran ruta, con espacio ampliado, más profundidad y un techo que dejaba mayor altura libre en el habitáculo. Así sus conductores disfrutaban de un habitáculo con litera bastante amplio para lo que podía encontrarse en la época, finales de los 60. La versión más corriente del Europa, que recibía su apodo al diseñarse para cumplir por vez primera cánones a nivel europeo, fue el dos ejes que por aquel entonces se podía matricular para 19 y posteriormente 20 toneladas de peso total.
Gracias a su motor de 10,7 litros de cilindrada y seis cilindros rendía 170 CV y al acompañarse de una relación larga del cambio se convertirían en excelentes ruteros capaces de superar incluso los 100 km/h. En aquella época, anterior a los tacógrafos y los limitadores de velocidad, los Europa de grupo largo sólo rivalizaban en velocidad punta con algún que otro autocar y fueron camiones muy valorados por los transportistas de cargas perecederas: fruta, pescado y ganado. El propietario de éste recuerda como él aprendía a los 16 años a conducir en un camión idéntico al que ahora varias décadas después ha podido adquirir y restaurar.
Otro a quien encontramos absorto en la vista de los Pegasos, desde el Comet al Mider con la misma cabina de los Tecno, fue a José Antonio Tena. El padre es un transportista autónomo en trámites de jubilación, enamorado de su oficio y a quien la visión de los mismos Comet que condujo en su juventud no dejan de evocarle los recuerdos desde entonces hasta el último Pegaso Tecno cuatro ejes con el que trabajó hasta hace pocos
meses: ”He recorrido durante 36 años casi toda España con mi camión, tuve cuatro, Pegaso y Barreiros, pero lo cierto es que después de tantos años veo que es un oficio que te puede gustar pero en lo económico no compensa y cada día hemos acabado peor considerados.” Como fruto de esa reflexión, otro José Antonio Tena, su hijo, nos explica: “Trabajo repartiendo material para un almacén con un camión grúa, me sigue gustando el oficio de la ruta, pero me alegro de no ser un mero transportista buscando cargas por ahí tal y como están las
cosas actualmente. No me quejo de mi trabajo y al menos sigo al volante de un camión.” Al volante de un camión y manteniendo la afición familiar por la carretera, charlando con amigos como el amante de los Scania V8 Paco, con quien no pueden evitar posar para una foto. Nos retratamos junto al Scania 580 de Paco, miembro de Scatuningbcn, y un Scania Streamline perfectamente conservado.
Transportistas del presente
Pero la concentración no es sólo un lugar donde dar rienda suelta a la nostalgia. Buen ejemplo de ello es otro transprotista extremeño que nos sale al encuentro. Es un defensor de los DAf con que transporta ganado a nivel nacional e internacional y aunque no ha podido traerse alguno de sus camiones por motivos de trabajo, no duda en disfrutar de la concentración. Martín Chaparro se nos presenta como un apasionado de su oficio, conocido como Vacunoexpress.
Después de él no tardamos en encontratr a dos féminas que viven con pasión el oficio, representan a la empresa familiar Miguel García Pascual, cuyos cinco camiones DAF dedicados al transporte de la aceituna no han podido parar para acudir a la concentración. Así que las felicitamos, que no es poco andar tan ocupados en estos tiempos que corren.
A quien cuesta encontrar dos minutos en el mismo lugar en esta concentración de camiones es a José Luís Iglesias, transportista de Montehermoso y uno de los organizadores más activos de la fiesta camionera. Aprovechamos para saludarle junto al valenciano Miguel Ángel Rovira, un autónomo valenciano que aparcó su tractora con la
reparte palets por Valencia para hacerle unos cuantos kilómetros a su estupendo camión de los domingos, un Peterbilt 359 clásico y tuneado al más puro estilo USA, que de entrada nos muestra en su hombro tatuado.
“Primero me puse a cuidar mi propio camión de trabajo y te metes en esto de ir a las concentraciones, donde todos terminamos siendo como una gran familia. Es un ambiente estupendo donde haces buenos amigos y disfrutas acudiendo a las concentraciones. Yo siempre soñé con tener un auténtico camión americano, así que después de mucho negociar con mi mujer pude ir a los USA y volver con esta máquina que después he ido preparando a mi gusto.”
Sala de estar
Miguel Ángel nos recibe en el sofá de su cabina, que ocupa parte del sleeper de su Pete. Este camión se convierte en un auténtico imán para la mayoría de presentes en Montehermoso y lo cierto es que los cromados y detalles de su puesto de conducción actúan como un auténtico imán para cualquier camionero.
Bueno, mejor dicho camioneros y caravaneros, ya que así se nos presentaba Andy, un aficionado a este mundillo que a base de compartir concentraciones con amigos del mundo del transporte ya está planteándose cambiar la
autocaravana por una tractora: “No soy transportista, pero me gustan estas concentraciones y me encanta acudir a ellas así que no descarto terminar comprando una tractora para participar en las concentraciones.”
Para que la actividad no decaiga al llegar la tarde la organización previó para después de la paellada iniciar lagymkana de conducción, para la cual Dyscasa, concesión de DAF en la zona, proporcionó dos tractoras XF 105
EEV Super Space Cab que serían parte fundamental en este concurso encaminado a demostrar las habilidades de los profesionales del transporte al volante.
¡Al volante!
En pocos metros cuadrados se incluía un zigzag entre conos bastante ajustado, encarar marcha atrás el camión y volcar dos tubos de plástico con la rueda directriz sin tocar el cono situado entre ellos, además de encarar las
dos ruedas de cada lateral sobre un estrecho tablón a la primera tentativa. Por si los obstáculos fueran pocos el fin pasaba por acertar una diana con la espada de plástico situada en el centro del frontal del DAF. Realmente
fueron muy poquitos los concursantes capaces de sortear los obstáculos sin penalizar en alguno de ellos. Lo que todos ellos demostraron fue su habilidad, ilusión y buen humor. En definitiva una gymkana que formó parte de una fiesta camionera por todo lo alto. Ya esperamos impacientes la tercera edición de esta concentración.