Los mejores deseos desde el «Km 0» (17-12-14)

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    Si hay un lugar donde cualquier camionero, transportista o incluso algún tipo de profesional extrañamente relacionado con este mundo del transporte, como es el caso de quien esto os escribe, se termina delatando esa es la madrileña Puerta del Sol. Los lugareños y habituales pasan por encima de dicha acera sin hacer más caso de lo que les rodea que el necesario para no chocar con los muchos paseantes que suelen congregarse en el lugar. Los foráneos, turistas o domingueros, suelen fijarse en el relojito famoso que nos tiene una vez al año con la atención puesta en un plato de uvas y el televisor, mientras nos prometemos que este año sí, que este año lo conseguiremos y nos comeremos las doce uvas sin protagonizar casi-ahogos y en el tiempo en que marcan las campanadas…

    Sin embargo, si permanecemos atentos al paisanaje de dicha plaza, que ahora aparece dominada por las luces que nos anuncian las campañas publicitarias de la Navidad, no tardaremos en descubrir un curioso ritual. El de una gente extraña, que pasa por la acera de la Puerta del Sol frente al Real Palacio de Correos, actual sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid, y entonces con cara realmente ilusionada se hacen una foto, al estilo selfie o a la vieja usanza pidiendo la colaboración de algún acompañante. La verdad es que el lugar resulta todo un éxito para las fotos de recuerdo. Pero no se trata ni de admiradores del señor presidente de la comunidad madrileña ni de enamorados del lugar. Si caminamos hasta la puerta del palacete del S XVIII en cuestión descubriremos que allí existe una placa en el suelo que nos indica el kilómetro Cero de las rutas radiales de España, si esas A1 hasta la A6, que marcan la geografía nacional y han marcado la vida de tantos de nosotros.

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    Y estando allí una tarde lluviosa de domingo, rodeado de gente realizando sus compras navideñas, no lo puedo evitar. Yo también pertenezco a ese colectivo olvidado y castigado, sobre todo por los políticos, que de un modo u otro vivimos alrededor de la carretera. Me pongo a la cola y en un minuto yo también estoy cumpliendo el ritual de hacerme esa foto en el kilómetro Cero. Recuerdo la primera vez que lo vi, desde la ventanilla del Ebro Serie P de mi padre, liando un pequeño atasco para realizar la visita… Y no puedo más que desear en estas fechas lo mejor para nuestro colectivo, el de los encamion@utas y todos los que se relacionan con el transporte y que recorren esa geografía que la placa del kilómetro cero nos recuerda. Así que ya sabéis, felices fiestas con los vuestros y, sobre todo, un 2015 provechoso y sobre ruedas. Pese a todas las dificultades del momento, pero a buen seguro que sabremos seguir adelante. No pediremos grandes ayudas ni al gobierno, ni a las comunidades, ni a la Unión Europea, seremos realistas  para 2015 les pediremos que no se inventen ningún nuevo método de fastidiar el transporte, a ver si así poco a poco vamos superando el bache económico entre todos.