Las compañías promueven el uso y consumo de biometano en sus camiones, en una apuesta clara por la descarbonización.
HAVI defiende el uso de biometano, pues este combustible supone una reducción de emisiones de CO2 del 90%, en comparación con el uso de diésel; y una reducción del 75%, en comparación con el uso de GNC y GNL. Estos datos se traducen en una reducción sustancial de emisiones de gases de efecto invernadero, cosa que contribuirá significativamente al cuidado del medio ambiente y a cumplir los objetivos ambientales.
Este compromiso con el medio ambiente por parte de HAVI viene de lejos. La compañía se unió a la iniciativa SBT (Science Based Target), junto con más de 3.000 multinacionales, para conseguir un desarrollo sostenible y liderar el camino hacia la descarbonización, con el objetivo principal de limitar el aumento de temperatura global a 2º, mediante la reducción equivalente de la huella de carbono de su logística en un 40% para 2030 respecto a lo que generaban en el año 2015.
Así pues, ya en 2016, HAVI empezó a incorporar camiones de gas a su flota de distribución, en su centro de distribución de Barcelona y con la colaboración de HAM para el suministro de gas.
Máxima prioridad: descarbonización
También para Scania, fabricante de los camiones de gas de HAVI, la descarbonización del transporte es el eje central de su estrategia. Una de las tecnologías con mayor potencial de descarbonización que el fabricante sueco tiene dentro de su gama son los camiones que pueden funcionar con biometano. Recientemente, Scania ha ampliado su gama, tanto en bio-GNC como en bio-GNL, lo que supone una mejora sustancial en autonomía. Los camiones de biometano son una pieza clave en los objetivos Scania Science’s Based Target, con los que se compromete a reducir las emisiones de CO2 de sus productos en un 20% entre 2015 y 2025.
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